El historial de crédito, al contrario de lo que mucha gente cree, es muy importante a la hora de negociar con tu banco o contratar un producto financiero. De hecho, la consulta de este historial por parte de las entidades es muy común y en ocasiones determina que puedas beneficiarte o no de un determinado producto, que lo hagas con mejores o peores condiciones e, incluso, que seas seleccionado o no para un puesto de trabajo.
En primer lugar, el historial crediticio es un informe emitido por una entidad especializada (en España generalmente operan Equifax y Experian) donde se detalla el historial de pagos e impagos de una persona física. De esta manera, es utilizado por los bancos y prestamistas privados para evaluar la solvencia y la capacidad de pago del cliente en cuestión.
El informe contiene, entre otros datos, información personal de la persona como la dirección particular, el lugar de trabajo, los ingresos, los antecedentes en el pago de facturas (si fueron pagadas sin incidencias, o con retraso), el registro de solicitudes recientes de crédito (si se efectuaron los pagos en el día, y si tiene pagos o deudas pendientes), si se han devuelto recibos por falta de fondos o si se ha suspendido o cerrado alguna cuenta bancaria a su nombre. Es importante que sepas que, por ley, cualquier persona puede tener acceso a una copia de su informe de crédito.
Generalmente, a la hora de solicitar créditos rápidos u otro tipo de préstamos financieros, las entidades evalúan el valor de tu scoring. Pero, ¿qué conlleva tener un scoring alto o bajo? El scoring, como tal, es la nota o el número que usan las empresas financieras para comparar los informes crediticios de los clientes. Podríamos decir que es una manera de evaluar y sistematizar el proceso de puntuación para que les resulte más sencillo y rápido medir el riesgo de la operación. Cuanto más scoring, más solvencia y mejor será tu historial crediticio. Por el contrario, un scoring bajo indica un historial negativo y, por lo tanto, evidencia algún tipo de problema económico.
En definitiva, resulta conveniente tener un historial crediticio positivo ya que, al fin y al cabo, es como tu marca financiera, la que te permite saber cómo has gestionado -y gestionas- tu dinero y si dispones de la confianza de las entidades financieras para requerir condiciones más favorables, una reducción de comisiones e intereses o, simplemente, para tener acceso a un producto bancario cualquiera.