Podríamos definir el sistema financiero como el conjunto de instituciones (entidades financieras), medios (activos financieros) y mercados que canalizan el ahorro que generan los agentes económicos con capacidad de financiación, con otros que, en un determinado momento, necesitan de esta financiación. Pero, ¿quién se encarga de supervisar y regular este sistema para que no se cometan malas prácticas?
Créditos, tarjetas, depósitos, cuentas, fondos de inversión, seguros, bonos, acciones… dependiendo de qué producto y dónde lo adquiramos, todo lo relacionado con su adecuada comercialización estará sometido a uno de los tres organismos reguladores y supervisores que contamos en España:
El Banco de España (BdE). Supervisa la solvencia de las entidades bancarias y su conducta de mercado en cuanto a la comercialización de productos y servicios bancarios; supervisa la solvencia de las entidades de crédito y presta servicios de tesorería, entre otros. En definitiva, y de cara a funciones prácticas en el día a día, el BdE te respalda cuando contratas un préstamo, abres una cuenta o haces una transferencia, por ejemplo.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Controla el correcto funcionamiento de las bolsas, además de vigilar la actividad de los mercados de capitales y supervisar las buenas prácticas y la solvencia de las empresas de servicios de inversión. Es decir, se encarga de asegurar la transparencia del mercado de valores, de proteger a los inversores y, en ciertos casos, de asesorar al gobierno. A modo de ejemplo práctico, la CNMV es nuestra referencia cuando adquirimos deudas o acciones de una compañía.
La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Vigila la solvencia y buena conducta de las compañías de seguros, además de controlar los fondos de pensiones y a sus gestores. Esto quiere decir que al contratar cualquier tipo de seguro o un plan de pensiones, estarás protegido por la DGSFP.
Del mismo modo, tal y como recuerda el comparador financiero y de créditos rápidos WannaCash.es, la Autoridad Bancaria Europea, la Autoridad Europea de Valores y Mercados y la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación correspondientemente se encargan, a nivel europeo, de velar por la correcta solvencia de las entidades que participan en los mercados financieros y de vigilar la correcta comercialización de los productos y servicios de esta índole. Tres supervisores nacionales y sus homólogos en Europa con un único objetivo: fortalecer la confianza en el sistema financiero y, de esta forma, contribuir a la estabilidad del propio sistema.