La declaración de la renta es una situación que atraviesan los españoles cada año. A veces es un procedimiento con dificultades, sobre todo cuando se trata de las subvenciones y ayudas del gobierno que también se tributan. Estas tributaciones dependen de cuál ha sido la subvención o ayuda, ya que no todas son iguales; algunas están exentas, pero otras no. De ahí radica la duda si deben declararse y cuáles. Por lo general, casi todas las subvenciones y ayudas otorgadas por el gobierno deben declararse por estar sujetas a IRPF.
La situación actual sobre las subvenciones y ayudas
Una vez que se recibe una subvención o ayuda por parte del gobierno de España es importante consultar si está exenta del pago del IRPF; en el acuerdo se explicita. Por ejemplo, las prestaciones por incapacidad permanente o las prestaciones de desempleo en pago único no necesitan la declaración. En caso de que no se indique si el tipo de subvención o ayuda recibida no se declara, entonces está sujeta al IRPF, por lo que es recomendable buscar la asesoría de un profesional.
En la actualidad, las subvenciones y ayudas se imputan en la declaración de IRPF el mismo año en que se cobran, que puede ser diferente al año en que se concede. Después hay que estar al tanto sobre cómo tributan porque cada una dispone de requisitos y exigencias determinadas al momento de declararlas.
Tributar es lo más frecuente
Existen tantas subvenciones y ayudas en España que quienes las cobran suelen desorientarse en el proceso de tributar, pero lo cierto es que en la mayoría se pagan impuestos. La única excepción es cuando la ley estipula explícitamente que no lo requiere.
Algunas subvenciones y ayudas sujetas a la tributación e Impuesta sobre la Renta se les denominan ganancias patrimoniales. La Agencia Tributaria indica que todas las subvenciones y ayudas recibidas que no se relacionan con la actividad económica son ganancias patrimoniales. Si los beneficiados desempeñan actividades económicas que generan ingresos y obtienen alguna subvención o ayuda tienen el deber de declararlo.
Entre las subvenciones y ayudas de ganancias patrimoniales están las destinadas al sistema de vivienda social, gastos de salud, Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (Plan PIVE) y otros.
Por otro lado, se encuentran las subvenciones y ayudas por rendimientos de trabajo, cuya tributación varía de las tarifas del IRPF. Estas se conceden debido a gastos escolares, por desempleo o violencia de género. También las subvenciones y ayudas específicas para los autónomos se declaran, si no se realiza el proceso se acaba en una sanción.
Una de las ayudas más solicitadas
El sistema de vivienda social en España vela por los intereses, la integridad y seguridad de los ciudadanos. Muchos no tienen los recursos para adquirir una casa, pedir una hipoteca o pagar el alquiler, así que demandan con prontitud la adquisición de una vivienda. Pero los beneficiarios tienen que cumplir con una serie de requisitos. Lo primero es ser mayor de 18 años, necesitar realmente una vivienda y no poseer otras alternativas viables para obtenerla.
Los casos prioritarios son las víctimas de violencia doméstica, las personas sin hogar debido a infortunios y los jóvenes en busca de una primera casa. El Estado ofrece la posibilidad de vivir en una vivienda propia, aunque después debe declararse la subvención y ayuda. Una recomendación es que mientras se está en la espera de la vivienda, se pueden solicitar préstamos rápidos a entidades financieras para solventar hasta que se reciba la vivienda.
¿Qué pasa si tributas las subvenciones y ayudas?
El sistema fiscal de España aplica los impuestos por subvenciones y ayudas otorgadas a los ciudadanos. El porcentaje varías en función del monto de las ganancias, la vivienda, el vehículo u otro bien adquirido. Lo importante es declarar para adquirir otros beneficios por parte del Estado y calificar para diversos programas públicos. También se podrían obtener créditos tributarios y mayor tiempo de pagar. Además, la declaración a tiempo es un recurso que evita los intereses y multas.