Si estamos acostumbrados hasta cierto punto a emitir o recibir facturas o, como mínimo, estamos familiarizados con el proceso y con la estructura básica de dicha facturación, sabremos que, entre las secciones básicas del documento, hay una fundamental: la base imponible. Bajo ella, encontramos los detalles del porcentaje de impuestos en función de nuestra ubicación geográfica (IVA o IGIC canario) y nuestra situación económica personal (el IRPF y una cantidad convenientemente adecuada a nuestros ingresos).
Pero ¿sabemos realmente qué es la base imponible? Podemos, desde luego, adivinar que es la base de la retribución recibida por nuestra labor profesional; y, desde luego, es esencial a la hora de llevar a cabo la declaración de la renta. Pero, si queremos entender mejor cómo funciona el sistema tributario, tal vez porque aspiramos a convertirnos en profesionales realmente cualificados o es la primera vez que vamos a emitir una factura, es preciso saber un poco más al respecto.
¿Qué es la base imponible?
En internet es sencillo encontrar numerosas definiciones del concepto, pero todas ellas apuntan a la misma realidad. En el ámbito del derecho tributario, la base imponible es la declaración patrimonial de un sujeto, que adquiere la forma de una cifra o magnitud determinada y sobre la cual se aplican los impuestos determinados, todos ellos aplicados solo a dicha cantidad y en función de una operación matemática porcentual.
Explicado de una manera más mundana, se trata exactamente de la cantidad de dinero emitida o percibida por un individuo concreto y todavía «en bruto»; es decir, sin la aplicación de los mencionados impuestos. Como mínimo, el IRPF o el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Por ello la base imponible anual de una persona es determinante a la hora de llevar a cabo la declaración de la renta.
Por todo lo dicho, y como añadido crucial a esta definición, la base imponible es el reflejo lógico del hecho imponible; es decir, del hecho demostrable que indica la obligación tributaria de las personas.
¿Por qué es importante la base imponible en España?
No solo en España. Pero, en nuestro ámbito geográfico de actuación, es tan fundamental que se encuentra regulada por la Ley General Tributaria, 58/2003, de 17 de diciembre. En concreto, el artículo 50 define el concepto como «la magnitud dineraria o de otra naturaleza que resulta de la medición o valoración del hecho imponible».
De esta definición se puede extraer otro hecho fundamental: la base imponible puede determinarse en función de cifras económicas y así ocurre, por ejemplo, en el caso de las retribuciones profesionales, cuyo impacto se ve reflejado en la declaración de la renta ya mencionada. Otras veces, no obstante, es el resultado de una estimación de volumen, empleados, peso, potencia, etc.
Así pues, encontramos dos clasificaciones básicas:
1. Las bases imponibles monetarias.
2. Las bases imponibles no monetarias.
¿Cómo se determina la base imponible?
Ya hemos definido el concepto y hemos analizado, aunque de manera somera, las razones esenciales de su aplicación en el sistema tributario español. Sin embargo, es importante también analizar el proceso de aplicación. En esencia hay tres formas de determinar la base imponible:
· Por estimación directa: Es el proceso estándar, a través del cual, mediante el sistema de autoliquidación, el propio sujeto determina la cantidad base según su propia actividad económica.
· Por estimación objetiva: En este caso, la base imponible estimada no es exactamente la real de un contribuyente particular, sino que el individuo y la administración, de mutuo acuerdo, establecen una cifra que representa la base imponible media. En otras palabras, la base imponible es una abstracción.
· Por estimación indirecta: Es un procedimiento extraordinario y, por tanto, poco habitual, en tanto que consiste en definir la cifra de la base imponible a partir de datos complementarios y solo cuando el dato no se encuentre disponible por medios convencionales (generalmente, por estimación directa).
Conclusiones
La base imponible, dentro de los procedimientos tributarios legalmente regulados en nuestro país, es, como su nombre indica, básica y obligatoria para todos aquellos individuos que realicen en esencia actividades de rédito económico. Comprender qué es, cómo funciona, de qué manera se aplica y en qué casos, debería ser de conocimiento obligatorio para personas físicas o jurídicas que emitan o reciban, como mínimo, facturas.