El IPC, o índice de precios al consumo, es un indicador que mide la variación de los precios de los bienes y servicios que consume la población. Se utiliza principalmente para medir la inflación: es lo que determina el aumento generalizado y sostenidos de los precios que deben afrontarse en el país.
La inflación afecta al poder adquisitivo de las personas, es decir el IPC. La misma reduce el valor real del dinero, incluso si los salarios incrementan. Por ejemplo, una subida del 2% del IPC significa que con la misma cantidad de dinero se pueden comprar menos cosas que el año pasado. Sin embargo, el IPC excluye a la inflación subyacente, es decir, a todos los factores volátiles y que afectan de forma indirecta los precios finales.
El IPC en los últimos años
El IPC se calcula mensual y anualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Recoge los precios de una cesta de productos y servicios representativa del consumo de los hogares españoles, y se puede dividir en varias subcategorías como Ocio y Cultura, Transporte, Medicina, Alimentos y Bebidas no alcohólicas y más. Es una media, así que no cubre los gastos específicos de cada hogar.
Según el INE, el IPC cerró el año 2021 con una subida del 6,5% con respecto al cierre de 2020, la más alta desde 1990. Este aumento se debió principalmente a la subida de precio de la energía, especialmente de la electricidad y los carburantes, que se vieron afectados por la crisis del gas natural.
La razón es que el IPC se vio influenciado por la recuperación de la demanda tras la pandemia de covid-19, la cual impulsó el consumo de algunos sectores como la hostelería, el ocio o el transporte. Además, se produjo un efecto base: se hizo una comparación con los precios bajos de 2020 (un IPC del -0,53%), cuando la actividad económica se paralizó por las restricciones sanitarias.
Luego, el IPC tuvo una bajada al 5,7% en diciembre de 2022 y 3,1% en diciembre de 2023. En otras palabras, la inflación se ha frenado de forma significativa desde 2021.
¿Por qué seguir la evolución del IPC?
El IPC es un indicador relevante para nuestra economía por varias razones:
- Determina la revalorización de las pensiones, los salarios públicos y el salario mínimo interprofesional (SMI), que se actualizan según la inflación. Esto no implica que haya ajustes cada año ni que la subida sea igual a la del IPC, pero sí es un factor determinante.
- Influye en las decisiones de ahorro e inversión de cada individuo y de la población general, ya que afecta a la rentabilidad real de los productos financieros. Por ejemplo, si el IPC es superior al interés que ofrece un depósito bancario, significa que estamos perdiendo poder adquisitivo al ahorrar. Además, resalta la necesidad de un depósito bancario o una inversión que revalorice el dinero a largo plazo.
- Condiciona las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE), que tiene como objetivo mantener la inflación en torno al 2%, que sería lo considerado como una inflación saludable para la economía. Un ejemplo es que el BCE puede subir o bajar los tipos de interés para estimular o frenar la actividad económica y el crédito.
La previsión del IPC está condicionada por su evolución durante los años más recientes. Determina si las medidas tomadas han surtido el efecto esperado o si es necesario hacer cambios.
La previsión del IPC para 2024
Se prevé que la tasa media anual en 2024 sería del 3,5% (no la del cierre de 2024), aunque podría bajar a 2,7% siempre que se sigan tomando las medidas antiinflación que se han ejecutado en los últimos 3 años. Sin embargo, podrían ubicarse en torno al 4% y 2,9% respectivamente en caso de que el precio del gas subiera un 20% más de lo previsto, porque es uno de los factores que más ha influenciado en los precios recientemente. Todavía no hay estimaciones del IPC anual, es decir, del cierre de 2024 para compararlo con el de 2023 y de 2022.