Los fondos cotizados o ETF en inglés se traducen como Exchange Traded Funds. Son productos financieros que se negocian en la bolsa de valores. Replican el comportamiento de un conjunto de activos que pueden ser índices, una cesta de acciones, un sector, una materia primera o cualquier otro, siempre que se cotice en la bolsa.
Se pueden comprar y vender como si fueran acciones u otro activo, pero tienen una mayor diversificación al ser un conjunto y no un único activo. En otras palabras, invertir en un ETF implica adquirir una parte proporcional de todos los activos que componen el fondo, sin tener que comprarlos individualmente.
Los ETF son una forma de acceder a mercados y sectores que pueden resultar difíciles o costosos de alcanzar con otros productos financieros como las acciones. Por ejemplo, existen ETF que replican el precio del oro, del petróleo, de las criptomonedas o de las empresas tecnológicas.
¿Cómo funcionan los fondos cotizados o ETF?
Se crean a partir de la colaboración entre una entidad gestora y una entidad depositaria.
La entidad gestora es la encargada de diseñar el fondo, de seleccionar los activos que lo componen y de determinar la estrategia de inversión. Mientras, la entidad depositaria es la responsable de custodiar los activos y emitir las participaciones del fondo. Estas participaciones se traducen como unidades de creación y se agrupan en lotes, y son las que se intercambian entre la entidad gestora y la entidad depositaria, y no en el mercado.
¿Entonces cómo un individuo puede adquirir fondos cotizados? Aquí es donde entran los intermediarios llamados creadores de mercado o market makers.
Estos intermediarios compran las unidades de creación a la entidad depositaria y las transforman en acciones del ETC. Y son estas acciones las que se negocian en la bolsa, las cuales las pueden adquirir los individuos. Por tanto, los creados de mercado se encarga de garantizar la liquidez y la estabilidad del precio del ETF.
Esto se puede ver de la siguiente manera:
- La entidad gestora diseña el fondo al seleccionarlos activos. También crea la estrategia de inversión.
- La entidad depositaria custodia los activos y emite las participaciones. Colabora directamente con la entidad gestora.
- Los intermediarios creadores de mercado compran estas participaciones en forma de lotes de unidades de creación para crear los activos.
- El inversor compra estos activos en el mercado al intermediario.
Si bien existen varios participantes involucrados, el proceso de compra para el individuo no cambia porque los ETF se comportan igual que cualquier otro producto financiero que se compra en el mercado.
¿Qué ventajas y riesgos tienen los fondos cotizados o ETF?
Los fondos cotizados los eligen los inversores por ciertas ventajas:
- Diversificación. El conjunto de activos se que obtiene de un ETF pueden pertenecer a diferentes mercados, así que se reduce el riesgo específico de cada activo sin sacrificar la oportunidad que da la economía global,
- Bajo coste. Tienen comisiones de gestión más bajas que los fondos tradicionales, ya que no se requiere de una gestión activa ni un análisis constante.
- Transparencia. Se publican todos los días la composición y el valor de los activos de un ETF, así que el seguimiento es bastante sencillo.
Sin embargo, no están exentos de riesgos como el de cualquier activo que está en el mercado, incluso si disminuye al haber una gran diversificación. También tienen un riesgo considerable de contraparte por la cantidad de participantes: la entidad gestora, la entidad depositaria o los creadores de mercado podrían quebrar o no cumplir con sus obligaciones, lo que disminuye el valor o la disponibilidad del fondo.