Es este estado de ansiedad, preocupación y angustia que se produce cuando tenemos dificultades para gestionar nuestras finanzas personales o familiares. Las causas son muy diversas: ingresos insuficientes, impago de un préstamo, inestabilidad laboral, mala planificación financiera, e incluso la incapacidad para trabajar.
El estrés financiero puede afectar a la salud física y mental de las personas que lo sufren, lo que deriva en síntomas como insomnio, irritabilidad, depresión, dolores de cabeza, o problemas digestivos y cardiovasculares. También se puede extender a cómo nos relacionamos con otros, y deteriorar las relaciones familiares y laborales. La calidad de vida y el rendimiento profesional también se ven afectados.
Por esto, debemos saber cómo afrontar el estrés financiero y buscar soluciones para mejorar nuestra situación económica y emocional. A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos que pueden ayudarte a lograrlo:
- Analiza tu situación financiera actual. Tenemos que conocer nuestra realidad económica antes de tomar decisiones: ingresos, gastos, deudas y ahorros. Elabora un presupuesto mensual con tus ingresos y gastos fijos, y después haz lo mismo con los variables. Haz otra lista con tus deudas y ahorros, así como también cómo progresaron en este mes con respecto al anterior. Así podrás identificar cuáles son tus prioridades, tus necesidades y dónde mejorar.
- Establece objetivos financieros realistas. Es hora de definir hacia dónde quieres ir, es decir, tus metas económicas a corto, medio y largo plazo. Prueba reducir tus gastos innecesarios como la comida a domicilio, así como también enfocar ese dinero en pagar tus deudas. También será importante destinar una parte de tu dinero a un fondo de emergencia. Todo esto debe realizarse dentro de un margen razonable para evitar la frustración.
- Elabora un plan de acción. Necesitarás una estrategia que te guíe en el camino que te va a llegar hasta tus objetivos, así que es hora de establecer qué acciones específicas vas a hacer para mejorar tus finanzas. Prueba diferentes maneras de administración y de generar nuevos ingresos, hasta encontrar un buen equilibrio que funcione para ti.
- Comunica la situación a los demás miembros del hogar. Todos deben participar en estos cambios para ir juntos hacia este nuevo objetivo. Si bien hay que llegar a acuerdos difíciles, todos tienen que coincidir en las metas y acciones que se van a tomar para evitar enfrentamientos por desacuerdos.
- La otra parte del estrés financiero está relacionado con la salud física y mental. No se trata solo del dinero, sino de cómo nos relacionamos con él. Aquí es donde hay que hacer cambios a nivel emocional, quizás los más difíciles para la mayoría.
- Buscar apoyo profesional. La ayuda de un experto en psicología es vital para afrontar situaciones que crees que no puedes manejar. Es un proceso tedioso y un poco lento, pero el cambio de perspectiva te va a ayudar a disminuir la ansiedad para ver la situación de una forma más objetiva y tomar decisiones acertadas.
- Cuidar la salud física. Tienes que mantener hábitos saludables como una alimentación adecuada, una actividad física regular y suficiente descanso para recuperar el bienestar. Si bien estas acciones no están relacionadas directamente con las finanzas, sentirte bien te ayudará a no agobiarte tanto con lo que sucede.
El estrés financiero es una realidad que afecta a muchos en el mundo actual, pero la constancia y dedicación son excelentes para salir de él, o disminuirlo en la medida de lo posible. Raras veces tendrás una solución rápida, pero celebra cada logro a medida que avances para mantener la motivación.