¿Qué es la prima de riesgo y cómo se calcula?

En el mundo de las finanzas, la prima de riesgo juega un papel fundamental a la hora de tomar decisiones de inversión. Este concepto se repite constantemente en noticias y análisis económicos, pero quizás no dice nada por sí mismo para quienes no están familiarizados con él.

Aquí aprenderás de forma sencilla qué es, cómo se calcula y cómo afecta a las inversiones.

¿Qué es la prima de riesgo?

La prima de riesgo es la compensación adicional que exigen los inversores por invertir en activos que presentan un mayor nivel de riesgo en comparación con activos considerados «libres de riesgo». Se podría ver como la representación del precio que los inversores ganan por la posibilidad de que su inversión no genere los retornos esperados o incluso pueda perder valor.

Cuanto mayor sea el riesgo percibido de un activo, mayor será la prima de riesgo que exigirá el inversor.

¿Cómo se calcula la prima de riesgo?

La forma más común de calcular la prima de riesgo es restar la tasa de interés de un activo libre de riesgo a la tasa de interés del activo que se está evaluando. Por ejemplo, si la tasa de interés de un bono a 10 años es del 2% y la tasa de interés de un bono corporativo a 10 años es del 3%, la prima de riesgo del bono corporativo sería del 1%.

Esto significa que los inversores están exigiendo un 1% adicional de rentabilidad por invertir en el bono corporativo, ya que perciben un mayor riesgo de que este bono no cumpla con sus pagos o pierda valor.

Factores que afectan la prima de riesgo

Existen diversos factores que pueden afectar la prima de riesgo de un activo, entre los que se destacan:

  • Riesgo de crédito. La probabilidad de que el emisor del activo no pueda cumplir con sus obligaciones de pago.
  • Riesgo de crédito. La probabilidad de que el emisor del activo no pueda cumplir con sus obligaciones de pago.
  • Riesgo de mercado. La posibilidad de que el valor del activo fluctúe significativamente debido a cambios en las condiciones del mercado.
  • Riesgo de liquidez. La facilidad con la que se puede comprar o vender el activo en el mercado.
  • Riesgo país. El riesgo asociado a invertir en un país o región específica debido a factores como la estabilidad política, la situación económica o la moneda.

De todas maneras, los inversores deberán hacer un estudio más profundo para determinar cuál será la prima. Además, se tomarán las decisiones en función de estas conclusiones y el perfil del inversor, ya que algunos tienen una mayor tolerancia por el riesgo que otro.

El riesgo en otros productos financieros

Los riesgos no son para todos, pero existen herramientas financieras para asumirlos de forma controlada. De hecho, muchos de estos productos son utilizados por personas que no son profesionales, de la mano con mayor o menor asesoría financiera. Aunque sigue siendo recomendable tener conocimientos antes de utilizar alguno de ellos. Los más comunes son los siguientes:

  • Fondos de inversión. Agrupa el patrimonio de diferentes inversores para hacer operaciones en función de una estrategia establecida previamente con el fin de ganar dinero. Es similar al fondo de pensiones, pero esta vez estamos hablando de inversiones gestionadas por empresas privadas.
  • Bonos. Las empresas pueden vender algunos bonos para obtener capital, los cuales tienen cierto valor en el mercado. Sin embargo, los mismos generan un rendimiento con una tasa fija al poseedor.
  • Préstamos. No son productos financieros de inversión, sino de financiación, pero siguen teniendo algún riesgo implicado, aparte de ser útiles en momentos en los que el dinero urge.
  • Seguro de protección de pagos. Va de la mano con los préstamos, ya que el seguro asume parte de la cuota de devolución de préstamos durante un tiempo determinado, lo que es útil para quienes no tienen una situación temporal que les impide asumir sus obligaciones financieras.

Los riesgos controlados son excelentes para obtener beneficios que serían imposibles de otra manera. Lo bueno es que existe una diversidad de productos financieros que se adaptan a diferentes perfiles. Eso sí, lo más conveniente es contar siempre con asesoría adecuada antes de tomar una decisión.