Actualmente convivimos con un elevado número de conceptos y definiciones relacionados con los créditos y los productos financieros. ¿Cuál es la diferencia entre los diferentes tipos de créditos del mercado? ¿Cuál es el que mejor se adapta a mis condiciones? ¿A qué se refieren las entidades crediticias cuando conceden préstamos con ASNEF? ¿Qué es un prestamista? Queremos ayudarte para que te familiarices con la terminología usada en el mercado de los préstamos y te explicamos algunos de los conceptos más utilizados durante el proceso de solicitud de un crédito:
Préstamos hipotecarios. Es un producto que te permite recibir una elevada cantidad de dinero y cuenta con amplios plazos de devolución, lo que implica un tipo de interés menor. La garantía es la propia vivienda que se adquiere, por lo que se puede perder en caso de impago.
Préstamos personales. Son préstamos con garantía personal, destinados normalmente a la compra de bienes y servicios de consumo (coche, PC, muebles, vacaciones, estudios…). Respondes con todos tus bienes presentes y futuros, por lo que requieren que justifiques tus ingresos o bienes. No se compromete de forma particular ningún bien (por ejemplo la vivienda) por lo que la tramitación es más rápida que los hipotecarios, pero a cambio tienen un tipo de interés más alto.
Créditos rápidos. Son un tipo de préstamo personal caracterizados por su rapidez, reducción de trámites y gestiones, flexibilidad y confidencialidad. Son distintos de los hipotecarios, y de los destinados a adquirir vehículos u otro tipo de bienes y servicios. Ausencia de comisión de apertura o estudio. A veces obligan a suscribir un seguro por impago en determinados casos (p.ej: fallecimiento). Coste superior al habitual en los préstamos personales, para poder compensar el riesgo y la flexibilidad.
Minicréditos. Son un tipo de créditos rápidos de pequeña cuantía que conceden entidades financieras privadas para gastos imprevistos o para personas con falta de liquidez inmediata. Los plazos de devolución son mucho menores que en los créditos personales y normalmente varían entre 5 y 30 días. Se caracterizan por la reducción de los trámites y por la rapidez en su concesión.
ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros). Es un fichero de morosos que se actualiza gracias a la información que facilitan sus socios (entidades financieras, por ejemplo). Formar parte de la lista de ASNEF complica el acceso al crédito, a pesar de que existen entidades crediticias y prestamistas que asumen dicho riesgo.
Penalización por impago. Si incurres en impago y no cumples los plazos de devolución del crédito o préstamo, se te aplicará una penalización por impago. Además, hay otro tipo de consecuencias aplicables como incluir tus datos en ficheros de solvencia patrimonial y de crédito.
Prestamistas o entidades crediticias. Son particulares o empresas privadas cuya finalidad es otorgar créditos y préstamos a terceros, cobrando por ello un interés (los honorarios y condiciones varían según el prestamista).
Política de renovación. Esto quiere decir que existe la posibilidad de extender el plazo de devolución del préstamo. Cada prestamista tiene estipulada una política diferente y, por lo tanto, los costes e intereses asociados varían.