Las condiciones al haber adquirido una hipoteca previa pueden haber cambiado. La decisión de comprar un inmueble conlleva un impacto financiero que, aunque calculable, puede dejar de ser manejable. Sea por el desempleo, el aumento del coste de vida o un gasto inesperado.
En ocasiones, la deuda del pago de la hipoteca puede llegar a ser inmanejable, y perder el inmueble en definitiva no es una opción. La alternativa viable, entonces, es refinanciar la deuda.
Refinanciar una deuda es establecer acuerdos de pago que tengan como objetivo disminuir el abono mensual. A su vez, se establece un nuevo periodo de pago y, por lo general, intereses mayores. Por tanto, la cifra total a pagar de la deuda será más alta que al inicio.
El nuevo acuerdo
Una vez solicitado un crédito, las circunstancias para su beneficiario pueden cambiar, especialmente si se trata de un crédito a medio o largo plazo. Por ejemplo, podrías volver a necesitar liquidez adicional. Es en estos casos cuando se abre la opción de recurrir a la refinanciación.
En otras palabras, la refinanciación se produce cuando una persona revisa las condiciones de su crédito y busca un nuevo acuerdo del pago de la deuda. Se revisa y cambia el acuerdo original en algunos puntos, como los tipos de interés o las fechas de reembolso.
Es importante entender que, si refinancias su deuda y contratas una nueva hipoteca, también tendrá que pagar intereses, pero el nuevo tipo de interés aplicado puede ser menos favorable que antes. Asegúrate de hacer un trato que sea beneficioso para ti, no solo para el banco.
¿Qué puede cambiar?
Estos son algunos puntos que debes tomar en cuenta al revisar el nuevo contrato de refinanciación:
- Intereses por cancelación anticipada de la deuda, que suelen aplicarse tanto a los préstamos personales como a los contratos de tarjetas de crédito.
- Los honorarios que puede cobrar la empresa o el profesional que realiza la refinanciación.
- El tiempo que tardarás en pagar tus deudas. Para reducir las cuotas mensuales, se amplía la duración de la hipoteca. Esto significa que puede tener que pagar durante 25 años en lugar de 10 años del plazo restante de su hipoteca.
¿Cuándo es necesario refinanciar la deuda de la hipoteca?
La respuesta simple es cuando ya no puedes asumir el acuerdo actual que tienes. En caso de que el pago sea mayor al 50% de tus ingresos actuales, que te hayas retrasado inevitablemente en algunos pagos, que estés asumiendo otras deudas para pagar esta, etc.
Hacer este movimiento financiero es personal, y va a ser necesario o no, según el panorama financiero que te está aconteciendo. Lo importante es que midas con honestidad cuáles son los factores que te impiden el pago de la deuda y si disminuir el impacto mensual es una solución.
¿Qué tan conveniente es refinanciar una deuda?
Refinanciar tus deudas es una decisión complicada. Primero, es imperante que revises el estado de tus finanzas: no solo el dinero del que dispones, sino también cuáles son tus ingresos y egresos, incluyendo todos tus activos y pasivos. Se trata de que evalúes cómo vas a afrontar esta nueva deuda. Si bien no es una adicional, sí afecta de forma diferente el panorama.
Lo siguiente es que evalúes las posibles consecuencias de este refinanciamiento. Mayores intereses, comisiones, multas, etc. Averigua también cuáles son las condiciones para hacer el refinanciamiento; pregunta a tu prestatario particular o al banco.
Entendiendo que el objetivo de la refinanciación en definitiva no es el ahorro, ya que vas a tener que hacer más gastos, mide el impacto que vas a tener ahora. En ocasiones, no se trata de disminuir tus gastos, sino que de hacerlos asumibles, acorde a tu circunstancia. Si, por ejemplo, te es más conveniente saldar el pago en algunos años más, aún con intereses más altos, entonces es una buena decisión.