Un estudio revela que el perfil más habitual entre los solicitantes de minicréditos rápidos es el de un varón de mediana edad, empleado por cuenta ajena, soltero y que obtiene una renta superior a los 1.300 euros.
En el análisis, elaborado por Cashper, podemos apreciar que entre las personas que más demandan este tipo de créditos rápidos no predominan los perfiles afectados por la crisis, eliminando de esta manera el mito de que aquel que solicita un minicrédito es una persona con bajos ingresos. De hecho, el estudio indica que el 82% de los usuarios tiene un empleo por cuenta ajena, siendo minoría los desempleados, jubilados, pensionistas y autónomos, entre otros.
De esta manera, el importe medio de ingresos que obtienen los clientes es de 1.310 euros, muy por encima de lo que hoy día consideramos como un salario normal, dada la situación económica y social en la que viven los españoles desde la llegada de la crisis.
También se concluye que los hombres acceden a este tipo de financiación más a menudo que las mujeres, puesto que prácticamente dos tercios del total de solicitantes son hombres. Además, cerca de la mitad de los solicitantes de minicréditos son solteros (45%), seguido de los casados (35%) y los divorciados (15%). El resto (5%) se corresponde con los viudos y aquellas personas que todavía viven con sus padres.
Se puede confirmar que los minicréditos están dirigidos fundamentalmente a solventar necesidades de gastos de consumo, más que de inversión, puesto que la cantidad media que se solicita es de 214 euros. Son, por tanto, pequeños importes que se utilizan para solventar situaciones puntuales de falta de liquidez y no para lanzar proyectos empresariales ni empresas.
La llegada de los minicréditos a España es una realidad palpable desde hace años, y es que tanto el endurecimiento de las condiciones de los banco para acceder al crédito como la entrada en la crisis económica, ha provocado el afloramiento de un mercado lleno de oportunidades para las entidades crediticias. El dato es revelador: el sector de los minicréditos mueve un volumen de unos 200 millones de euros anuales, lo que distribuidas en pequeñas cantidades, supone un elevado número de operaciones.